9 de mayo: una victoria obrera que Occidente no quiere recordar



El 9 de mayo marca un hito histórico para la humanidad: la derrota del nazismo en 1945. Es el Día de la Victoria, celebrado principalmente en los países de la antigua Unión Soviética, donde más de 27 millones de vidas fueron entregadas por la causa del antifascismo. Pero lo que fue una victoria del proletariado armado y organizado, bajo la bandera del socialismo, hoy es objeto de una campaña sistemática de revisionismo histórico. Esta batalla no se libra con armas, sino con libros de texto, discursos oficiales y series de televisión. Es una guerra por la memoria, y como toda guerra, tiene intereses de clase.


¿Qué es el revisionismo histórico?

No toda revisión histórica es negativa. La historia debe ser reinterpretada críticamente con base en nuevas evidencias o contextos. Pero el revisionismo histórico, cuando sirve a intereses ideológicos ajenos a la verdad, se convierte en una herramienta política de la burguesía para moldear la conciencia de las masas.

En las últimas décadas, el revisionismo ha actuado como instrumento ideológico del bloque capitalista occidental para despolitizar la historia del siglo XX. Su objetivo es claro: borrar el papel de la clase obrera, criminalizar el comunismo y presentar al capitalismo como garante de la “libertad” y la “democracia”.

 

La despolitización del Día de la Victoria

Durante la Guerra Fría y más aún tras la caída de la URSS, el relato dominante ha sido adulterado. Hoy se enseñan versiones “equilibradas” que colocan en el mismo nivel la participación de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética, cuando en realidad el 80% de las bajas militares alemanas se produjeron en el Frente Oriental.

Peor aún, organismos como el Parlamento Europeo han equiparado nazismo y comunismo en resoluciones vergonzosas que lavan la cara al fascismo al tiempo que criminalizan el antifascismo socialista. En esta narrativa, el Ejército Rojo no liberó Europa del fascismo, sino que “la invadió”.

Hollywood contribuye con una estética donde la victoria sobre los nazis es protagonizada por soldados estadounidenses, borrando por completo a los partisanos, a la resistencia comunista y al heroísmo del pueblo soviético. Es la cultura puesta al servicio del capital.

 

La URSS: hechos irrefutables

Frente a las mentiras, los datos:

  • Más de 27 millones de soviéticos muertos, entre militares y civiles.
  • La Batalla de Stalingrado, considerada el punto de inflexión de la guerra.
  • La toma de Berlín por el Ejército Rojo el 2 de mayo de 1945, sellando la derrota nazi.
  • La liberación de campos de concentración por soldados soviéticos, como Auschwitz.


Estos hechos no son simples estadísticas. Son expresiones de una lucha heroica protagonizada por campesinos, obreros, mujeres y jóvenes formados bajo el socialismo. Fue el pueblo trabajador quien venció al fascismo.


 

La historia como campo de batalla de clases

La historia no es neutra. Es un campo de lucha ideológica. Quien controla el relato del pasado, modela las posibilidades del futuro. Por eso los enemigos del socialismo necesitan borrar el rol del comunismo en la derrota del nazismo: porque saben que ese ejemplo aún inspira.

El fascismo no es un accidente. Es la forma terrorista del poder capitalista en crisis. Por eso, la lucha contra el fascismo no puede desligarse de la lucha contra el sistema que lo engendra. No basta con declarar que “el nazismo es malo”. Hay que entender por qué existió, a quién sirvió y quién lo derrotó.


Como decía Karl Marx:

“La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos.” (Libro: El 18 brumario de Luis Bonaparte)

Solo con memoria activa podremos romper esas cadenas.

 

Reivindicar la victoria, reivindicar al comunismo

Hoy, más que nunca, es urgente reivindicar el 9 de mayo como lo que fue: la victoria del socialismo sobre el fascismo. No como una fecha nacionalista, ni como un mito vacío, sino como una jornada de memoria obrera y lucha internacionalista.

El proletariado no puede ceder su historia. La verdad sobre la Segunda Guerra Mundial no es un “detalle del pasado”, es una herramienta de lucha en el presente. En cada intento de reescribirla, hay una intención política: impedir que los pueblos del mundo recuerden que sí es posible vencer al capitalismo, cuando el pueblo está organizado y armado de conciencia.


 

Aleksandr Matrosov: El héroe que se lanzó sobre la muerte

Aleksandr Matveevich Matrosov es recordado como uno de los símbolos más emblemáticos de la Gran Guerra Patria (Segunda Guerra Mundial). Nacido el 5 de febrero de 1924 en Yekaterinoslav (actualmente Dnipro, Ucrania), Matrosov se convirtió en un ícono de la resistencia soviética tras su acto de valentía el 27 de febrero de 1943, a la temprana edad de 19 años. Su historia no solo es un relato de guerra, sino también un testimonio de cómo el coraje individual puede inspirar a una nación entera.


 

Una infancia marcada por la adversidad

La vida de Matrosov estuvo llena de dificultades desde su niñez. Huérfano de padre, su madre lo entregó a un orfanato en 1935 para protegerlo del hambre. Pasó cinco años en el orfanato de Ivanovka, en la región de Ulyanovsk, donde recibió educación y formación. En 1939, fue enviado a trabajar en una fábrica de reparación de vagones en Kuibyshev (hoy Samara), pero su espíritu inquieto lo llevó a escaparse. Este acto de rebeldía lo condujo a ser condenado por violar las normas de pasaportes internos, aunque esta sentencia fue anulada años después, en 1967.

 

El llamado al frente

Con el estallido de la Gran Guerra Patria, Matrosov no dudó en presentarse como voluntario para luchar. En septiembre de 1942, fue reclutado por el Ejército Rojo y enviado a la Escuela de Infantería de Krasny Kholm. Sin embargo, su formación militar fue interrumpida cuando, junto con otros cadetes, fue enviado al frente de Kalinin (actualmente Tver) en noviembre de 1942. Allí, se unió al 2.º Batallón de la 91.ª Brigada de Fusileros Voluntarios Siberianos, una unidad que pronto se vería envuelta en algunos de los combates más intensos de la guerra.

 

El acto heroico que lo inmortalizó

El 27 de febrero de 1943, durante una batalla cerca de la aldea de Chernushki, en la región de Pskov, Matrosov y su unidad se enfrentaron a una feroz resistencia alemana. Tres búnkeres enemigos (DZOT) bloqueaban el avance soviético. Dos de ellos fueron destruidos, pero el tercero continuaba disparando, causando bajas entre las filas soviéticas.

En un acto de valentía sin precedentes, Matrosov se arrastró hasta el búnker y lanzó dos granadas, logrando silenciar temporalmente el fuego enemigo. Sin embargo, cuando los soldados soviéticos intentaron avanzar, el fuego se reanudó. En ese momento, Matrosov se lanzó sobre la ametralladora, cubriendo la tronera con su cuerpo. Este acto de sacrificio permitió que su unidad avanzara y tomara la posición enemiga, asegurando la victoria en la batalla. Matrosov perdió la vida, pero su acción se convirtió en un símbolo de heroísmo y entrega.


 

Reconocimiento y legado

El sacrificio de Matrosov no pasó desapercibido. El 19 de junio de 1943, fue condecorado póstumamente como Héroe de la Unión Soviética, la máxima distinción militar del país. Además, recibió la Orden de Lenin y la Medalla de la Estrella de Oro. Su nombre fue inmortalizado en la historia militar soviética, y su regimiento, el 254.º Regimiento de Fusileros de la Guardia, llevó su nombre en su honor.

El 8 de septiembre de 1943, el Comisario del Pueblo de Defensa, Iósif Stalin, emitió una orden especial en la que se nombraba al 254.º Regimiento de Fusileros de la Guardia como "Regimiento Aleksandr Matrosov" y se le incluía de manera permanente en la lista de la 1.ª Compañía del regimiento. Este fue el primer caso en la historia de la Unión Soviética en el que un soldado caído era honrado de esta manera.

 

Controversias y versiones alternativas

Aunque la versión oficial de los hechos ha sido ampliamente aceptada, algunos historiadores han cuestionado la viabilidad de que un cuerpo humano pueda detener una ametralladora. Sugieren que Matrosov pudo haber sido alcanzado por el fuego enemigo mientras intentaba lanzar una granada. Sin embargo, testigos presenciales, como su compañero Piotr Ogurtsov, confirmaron la versión oficial de los hechos.

Además, se ha señalado que Matrosov no fue el primero en realizar un acto de este tipo. Durante la guerra, más de 300 soldados soviéticos realizaron acciones similares, pero fue el nombre de Matrosov el que se utilizó para simbolizar este tipo de heroísmo, gracias en parte a la cobertura mediática que recibió su historia.

 

Memoria y homenajes

El legado de Matrosov sigue vivo en Rusia y otros países de la antigua Unión Soviética. Numerosos monumentos, calles, escuelas y parques llevan su nombre. En la ciudad de Velikiye Luki, donde fue enterrado, se erigió un imponente monumento en su honor. Además, su historia ha sido inmortalizada en sellos postales, monedas y obras literarias.

En Ufa, la capital de la República de Bashkortostán, se encuentra un museo dedicado a su memoria, ubicado en el antiguo edificio de la colonia laboral donde vivió antes de ser enviado al frente. Su nombre también ha sido otorgado a barcos, escuelas y granjas colectivas, convirtiéndolo en un símbolo perdurable de valentía y sacrificio.



Contra el capital, violencia obrera. ☭

En el contexto del marxismo-leninismo, la historia de la lucha de clases nos enseña que el conflicto entre la burguesía y el proletariado no puede resolverse de manera pacífica. Desde los inicios del capitalismo, la clase dominante ha empleado todo tipo de violencia, tanto física como estructural, para mantener su hegemonía y perpetuar la explotación de los trabajadores. Ante este escenario, la violencia obrera se presenta no solo como una respuesta legítima, sino también como una vía necesaria para la liberación y la construcción de un nuevo orden social.


La violencia como motor histórico

Karl Marx, en su análisis del desarrollo histórico, identificó la violencia como la partera de la historia. Cada gran transformación social, desde la caída del feudalismo hasta las revoluciones burguesas, ha estado marcada por el uso de la fuerza para destruir las viejas estructuras y permitir la emergencia de nuevas relaciones de producción. En este sentido, la violencia obrera no es una aberración, sino una manifestación de la lucha de clases que, en última instancia, busca derrocar el poder de una minoría explotadora.

Lenin y la necesidad de la insurrección

Vladimir Lenin, líder de la Revolución Rusa y teórico marxista-leninista, argumentó que la burguesía jamás cederá el poder de manera voluntaria. Las instituciones del Estado burgués —policía, ejército, tribunales— están diseñadas para proteger los intereses del capital. Por lo tanto, la toma del poder por parte del proletariado requiere de una insurrección violenta que destruya el aparato estatal existente y permita la construcción de un nuevo Estado, el Estado socialista, que esté al servicio de la mayoría trabajadora.

Trabayador de Naval Xixón. 2009.


La violencia como autodefensa

Es fundamental entender que la violencia obrera no es una violencia gratuita o injustificada, sino que surge como una forma de autodefensa ante la opresión sistemática de la clase capitalista. Los obreros y campesinos, sometidos a condiciones inhumanas de trabajo y vida, son víctimas cotidianas de la violencia del sistema. Ya sea en forma de represión policial, hambre, explotación laboral o marginación social, esta violencia estructural busca perpetuar un sistema económico que beneficia a una pequeña élite a costa del sufrimiento de las masas.

Mineros asturianos. 2012.


El fin justifica los medios

Desde una perspectiva marxista-leninista, la moralidad de los actos se juzga en función de su contribución al avance del socialismo y la liberación del proletariado. La violencia revolucionaria, por tanto, no debe ser vista a través de una lente moral burguesa que condena cualquier acción que altere el "orden público". En lugar de eso, debe ser valorada por su capacidad para destruir el viejo orden y abrir paso a la construcción de una sociedad sin clases.

La violencia obrera no es solo una herramienta táctica, sino una expresión necesaria de la lucha de clases en su forma más aguda. Enfrentar al capital y sus defensores con la fuerza organizada del proletariado es una vía legítima y necesaria hacia la revolución. El objetivo final, sin embargo, no es la violencia en sí, sino la creación de una sociedad en la que la explotación del hombre por el hombre sea un recuerdo del pasado. Solo a través de la revolución, con todos los medios a su disposición, el proletariado podrá liberar a la humanidad del yugo del capital y construir un futuro verdaderamente socialista.

Hasta la victoria siempre.

Mujeres milicianas. Guerra civil española.

Yákov Zeldóvich: El Genio Soviético que Transformó la Ciencia

El 8 de marzo de 1914, en Minsk, Bielorrusia, nacía Yákov Borísovich Zeldóvich, un físico soviético cuya vida y legado dejaron una marca indeleble en la ciencia. Desde sus primeras exploraciones en la física hasta sus contribuciones cruciales en el desarrollo de armas nucleares y su influencia en la cosmología, Zeldóvich se destacó como uno de los científicos más versátiles y brillantes del siglo XX.



 

Primeros Años y Formación Académica

Zeldóvich creció en una familia judía bielorrusa en Minsk, pero se trasladó a San Petersburgo en 1914, donde su interés por la ciencia floreció. Desde joven, mostró un intelecto notable y una insaciable curiosidad, lo que le llevó a trabajar como ayudante de laboratorio en el Instituto de Física Química de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética en 1931, a la temprana edad de 17 años. Sus estudios en la Universidad Estatal de Leningrado y el Instituto Politécnico de Leningrado le brindaron una sólida base en física y matemáticas.

En 1936, Zeldóvich defendió una tesis innovadora sobre la adsorción y la catálisis en superficies heterogéneas, y en 1939, obtuvo su Doctorado en Ciencias con un trabajo fundamental sobre la oxidación del nitrógeno, descubriendo el mecanismo de Zeldóvich en fisicoquímica.


Un Pilar del Programa Soviético de Armas Nucleares

Zeldóvich jugó un papel crucial en el desarrollo del programa soviético de armas nucleares. Tras el descubrimiento de la fisión nuclear, trabajó junto a Igor Kurchatov y Yulii Khariton en la teoría de la cinética de las reacciones nucleares. Su trabajo sobre detonación y combustión nuclear resultó en la Teoría Zeldovich-von Neumann-Dohring (ZND), y sus cálculos fueron fundamentales para la primera prueba nuclear soviética en 1949. Posteriormente, fue clave en el desarrollo de la bomba de hidrógeno, trabajando junto a Andrei Sájarov.


Foto: Yákov Zeldóvich y Yuli Hariton.


Contribuciones a la Física de Partículas y la Astrofísica

En la década de 1950, Zeldóvich amplió su campo de estudio hacia la física de partículas, donde predijo la desintegración beta del mesón pi y contribuyó a la teoría de la catálisis del muón. Su trabajo en astrofísica y cosmología, iniciado en los años 60, revolucionó nuestra comprensión del universo. Fue uno de los primeros en sugerir que los discos de acreción alrededor de agujeros negros eran responsables de la radiación de los cuásares y, junto con Rashid Siunyáiev, predijo el efecto Siunyáiev-Zeldóvich en el fondo cósmico de microondas.


El Legado de Zeldóvich en la Cosmología y la Termodinámica de los Agujeros Negros

En el campo de la cosmología, Zeldóvich y su estudiante Alekséi Starobinski hicieron avances significativos en la teoría de la evaporación de los agujeros negros, influyendo en el desarrollo de la radiación de Hawking. Sus trabajos pioneros en la termodinámica de los agujeros negros ayudaron a establecer la relación entre la temperatura, la entropía y el horizonte de sucesos.



Reconocimientos y Legado

Zeldóvich recibió numerosos premios y distinciones, incluyendo la Medalla Kurchátov, la Medalla Bruce y la Medalla de Oro de la Royal Astronomical Society. Fue nombrado Héroe del Trabajo Socialista en tres ocasiones y recibió el Premio Lenin, así como órdenes de Lenin y de la Bandera Roja del Trabajo. En 2001, un asteroide fue bautizado en su honor, el (11438) Zeldovich.

Yákov Zeldóvich no solo dejó un legado monumental en la física y la cosmología, sino que también es recordado por su asombrosa capacidad de pensar más allá de los límites establecidos. Su vida es un testimonio del poder del intelecto y la dedicación, y su influencia sigue resonando en la ciencia moderna.



 


John Brown: Mártir Heroico en la Lucha Contra la Esclavitud

John Brown, nacido el 9 de mayo de 1800 en Torrington, Connecticut, y ejecutado el 2 de diciembre de 1859 en Charles Town, Virginia Occidental, es una figura icónica en la historia de Estados Unidos. Su ferviente abolicionismo y sus acciones decididas para poner fin a la esclavitud lo convirtieron en un héroe y mártir en la lucha por la libertad y la igualdad.

 


Biografía Personal

John Brown provenía de una familia devota con fuertes opiniones contra la esclavitud. Se casó dos veces y tuvo veinte hijos. A lo largo de su vida, se mudó frecuentemente, residiendo en Ohio, Massachusetts, Pensilvania y Nueva York. Aunque fracasó en varias empresas y se declaró en bancarrota en 1842, continuó apoyando la causa abolicionista. Fue conductor del ferrocarril subterráneo y fundó la Liga de Galaaditas para ayudar a los esclavos fugitivos.

En 1849, Brown se mudó a la comunidad agrícola negra libre de North Elba, Nueva York, donde enseñó técnicas agrícolas. A los cincuenta y cinco años, se trasladó a Kansas, donde su activismo abolicionista se intensificó durante la crisis de Bleeding Kansas.

 

Convicciones Religiosas y Filosofía de Vida

Brown era un hombre de profundas convicciones religiosas, creyendo firmemente que era "un instrumento de Dios" destinado a erradicar la esclavitud en Estados Unidos. Para él, esta misión era una "obligación sagrada". Estaba convencido de que la violencia era necesaria para alcanzar su objetivo, ya que décadas de esfuerzos pacíficos habían fracasado. Brown solía citar la Regla de Oro y la Declaración de Independencia de Estados Unidos, afirmando que "todos los hombres son creados iguales". Para él, estos principios eran la base de sus acciones heroicas.

 

La Crisis de Bleeding Kansas

Brown ganó atención nacional durante la crisis de Bleeding Kansas a finales de la década de 1850. Este conflicto surgió debido a la disputa sobre si Kansas debería unirse a la Unión como un estado esclavista o libre. Brown, insatisfecho con el pacifismo abolicionista, lideró a voluntarios antiesclavistas, incluidos sus propios hijos, en varias acciones decisivas. En mayo de 1856, Brown y sus seguidores mataron a cinco partidarios de la esclavitud en la masacre de Pottawatomie, una respuesta al ataque pro-esclavitud en Lawrence. También lideró a las fuerzas antiesclavistas en las batallas de Black Jack y Osawatomie, demostrando su valentía y determinación.

 


 

El Asalto a Harpers Ferry

El momento culminante de la vida de Brown llegó en octubre de 1859, cuando dirigió un asalto a la armería federal de Harpers Ferry con la intención de iniciar una rebelión de esclavos que se extendiera hacia el sur. Brown se apoderó de la armería con la esperanza de armar a los esclavos y fomentar su liberación. Aunque el plan fracasó y Brown fue capturado, su valentía y sacrificio encendieron la llama de la libertad en los corazones de muchos.

Tras su captura, Brown fue juzgado por traición a la Mancomunidad de Virginia, asesinato e incitación a la insurrección de esclavos. Fue declarado culpable y ejecutado el 2 de diciembre de 1859, convirtiéndose en el primer mártir de la causa abolicionista. Su muerte simbolizó el compromiso inquebrantable con la justicia y la igualdad.

 

Legado y Controversia

El asalto a Harpers Ferry y el juicio de Brown intensificaron las tensiones que condujeron a la Guerra Civil estadounidense. Mientras que los sureños temían una posible rebelión de esclavos inspirada por Brown, en el norte fue visto como un mártir heroico. Los soldados de la Unión marchaban al son de la canción "John Brown's Body", que lo retrataba como un visionario dispuesto a sacrificar su vida por la libertad de los esclavos.

 


 

 

Mike Quill: Del IRA al liderazgo Sindical en Estados Unidos 🇮🇪 🇺🇸

 


En la historia de la lucha por los derechos de los trabajadores y la igualdad racial en Estados Unidos, pocos nombres destacan tanto como el de Mike Quill. Nacido el 18 de septiembre de 1905 en Gortloughera Kilgarvan, Irlanda, Michael Joseph Quill, conocido cariñosamente como "Red Mike," dejó una huella indeleble en el movimiento sindical y en la lucha por la igualdad durante su vida. Esta entrada de blog se sumerge en la vida y el legado de este influyente líder sindical y defensor de los derechos civiles.

 

Un Comienzo en Irlanda y la Emigración a Estados Unidos

La vida de Mike Quill comenzó en Irlanda, donde se convirtió en un partidario activo del republicanismo irlandés. Durante la Guerra de Independencia de Irlanda y la posterior Guerra Civil Irlandesa, Quill sirvió en una columna volante* del IRA. Su participación activa en estos conflictos lo llevó a emigrar a los Estados Unidos en 1926, buscando nuevas oportunidades y escapando de un ambiente político tenso en Irlanda.


 

Del IRA a la Lucha por los Derechos de los Trabajadores

Al llegar a Nueva York, Quill encontró trabajo en el sistema de transporte público de la ciudad. Comenzó como empleado de estación del metro y luchó con las difíciles condiciones laborales y la falta de derechos laborales. Su experiencia en el IRA y su lectura de las obras de James Connolly le inspiraron a involucrarse en el sindicalismo y el activismo laboral.

 

La Fundación del Transport Workers Union (TWU)

En 1933, Quill fue uno de los líderes que buscaba crear un sindicato independiente de la compañía de transporte en la que trabajaba. Junto a un grupo de trabajadores y con el apoyo de los comunistas locales, fundó el Transport Workers Union (TWU) en 1934. Quill se destacó como un organizador efectivo y, en 1935, dejó su trabajo en el metro para dedicarse a tiempo completo a la organización sindical. En diciembre de 1935, fue elegido presidente del TWU, cargo que ocuparía hasta su fallecimiento.


 

Logros Sindicales y Lucha por la Igualdad Racial

Bajo el liderazgo de Quill, el TWU logró importantes avances para los trabajadores del transporte. En 1937, el sindicato se afilió al Congreso de Organizaciones Industriales (CIO) y, a través de elecciones de representación sindical, negoció contratos de trabajo con empresas de transporte en Nueva York, asegurando aumentos salariales y beneficios significativos para sus miembros.

Uno de los aspectos más destacados del legado de Quill fue su compromiso con la igualdad racial. Desde las primeras etapas de su liderazgo, el TWU se comprometió a apoyar a los trabajadores independientemente de su raza, creencia, color o nacionalidad. El sindicato desafió la segregación racial en el transporte y apoyó la lucha por los derechos civiles, participando en manifestaciones y huelgas a favor de la igualdad racial.


 

El Rompimiento con el Partido Comunista

A pesar de su colaboración inicial con el Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA), Quill rompió con el partido en 1948 debido a diferencias políticas y cambios en la política exterior del CPUSA. A lo largo de su carrera, Quill mantuvo una postura izquierdista en la política estadounidense, condenando tanto la caza de brujas anticomunista liderada por el senador McCarthy como la Guerra de Vietnam.

 

Los Últimos Años y el Legado de Mike Quill

El punto culminante de la carrera de Quill fue su liderazgo en una huelga histórica en enero de 1966, que paralizó el transporte público de Nueva York durante doce días. Esta huelga desafiante y desafiada terminó con importantes aumentos salariales para los trabajadores del transporte, pero también llevó al arresto de Quill. Tres días después de la resolución de la huelga, Mike Quill falleció de un ataque al corazón.


 

 

* En el contexto del conflicto en Irlanda del Norte, se refiere a unidades móviles y tácticas guerrilleras del Ejército Republicano Irlandés (IRA) que llevaban a cabo operaciones militares y actividades de insurgencia en respuesta al conflicto en la región. Estas unidades eran conocidas por su capacidad de movilidad y flexibilidad en el campo de batalla.

Yeyé Santamaría. La historia nos absolverá 🇨🇺


Haydée Santamaría Cuadrado, conocida como Haydée Santamaría o "Yeyé", fue una valiente guerrillera y política cubana que desempeñó un papel significativo en la lucha revolucionaria de Cuba.

Desde su juventud, Haydée se unió a las juventudes del Partido Ortodoxo y comenzó a desafiar abiertamente la opresión del régimen. En La Habana, compartía un apartamento con su hermano Abel Santamaría, el cual se convirtió en un punto de encuentro para la juventud radical y revolucionaria de la época. Después del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, Haydée y Abel editaron periódicos clandestinos como "Son los Mismos" y "El Acusador", y llevaron a cabo una intensa labor de agitación política. Fue durante estos años que conoció a un joven revolucionario llamado Fidel Castro, cuyo destino se entrelazaría con el suyo.


El 26 de julio de 1953, Haydée participó en el audaz asalto al cuartel Moncada dirigido por Fidel Castro y otros miembros de las juventudes ortodoxas. Su papel crucial fue transportar armas a Santiago de Cuba para el ataque. Durante la acción, su misión consistía en tomar el Hospital Saturnino Lora para brindar atención médica a los heridos. Desafortunadamente, tras el fracaso de la acción, Haydée fue capturada y su hermano Abel, junto con su compañero sentimental Boris Luis Santa Coloma, fueron apresados y ejecutados.

Casi inmediatamente después de ser liberada, Haydée se involucró en la impresión y distribución del manifiesto "A Cuba que sufre", donde Fidel y sus compañeros de prisión manifestaron su inquebrantable determinación de continuar la lucha contra el régimen de Batista. Fue Haydée, junto con Lidia Castro y Melba Hernández, quien recopiló y organizó las notas que Fidel logró sacar de la prisión, escritas con zumo de limón. Estas notas se convirtieron en la base de su alegato en el juicio del Moncada, conocido como "La historia me absolverá" donde Fidel Castro rinde homenaje al gesto heroico de Santamaría:

«Nunca fue puesto en un lugar tan alto de heroísmo y dignidad el nombre de la mujer cubana»

 

 

En 1955, Haydée participó en la fundación del Movimiento 26 de Julio, una organización revolucionaria que jugaría un papel crucial en la lucha contra la dictadura de Batista. Desde la clandestinidad, desempeñó un papel decisivo en la reagrupación de las fuerzas revolucionarias para la lucha armada. Al año siguiente, fue una de las organizadoras de la insurrección del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba. Esta acción tenía como objetivo brindar apoyo a los guerrilleros que se preparaban para invadir Cuba a bordo del yate Granma.

Una vez que la lucha guerrillera se desató, Haydée se unió activamente a las acciones del Movimiento 26 de Julio tanto en las ciudades como en la Sierra Maestra. Fue en este momento que se formó el pelotón Mariana Grajales del Ejército Rebelde en 1958, compuesto exclusivamente por mujeres. Haydée, junto con sus compañeras revolucionarias, luchó valientemente por la liberación de Cuba. Posteriormente, fue enviada al exilio por Fidel Castro, designada como delegada del Movimiento 26 de Julio para aglutinar fuerzas en el exterior y adquirir armas para la causa revolucionaria.


Después de la huida de Batista y el triunfo de la Revolución Cubana, Haydée trabajó brevemente en el Ministerio de Educación. Sin embargo, su mayor contribución vendría cuando Fidel le confió la misión de fundar en 1959 una institución cultural de renombre internacional: la Casa de las Américas. Bajo su liderazgo, esta institución se convirtió en un símbolo para los intelectuales y críticos de todo el mundo, y recibió a algunos de los más prestigiosos intelectuales de la época.

Roque Dalton, Haydée Santamaría, Manuel Galich, Onelio Jorge Cardoso, entre otros

La vida de Haydée Santamaría estuvo marcada por su valentía, su compromiso con la justicia social y su lucha incansable por la libertad de Cuba. Su legado perdura hasta el día de hoy como un recordatorio de la fuerza y el coraje de las mujeres en la lucha revolucionaria.

 

Medalla Haydée Santamaría

Se otorga a colectivos y ciudadanos cubanos y extranjeros, que con una vida útil y una obra Intelectual de alta calidad a lo largo de años, hayan contribuido a hacer realidad los objetivos de la Casa de las Américas. Fue establecida por Decreto-Ley 110 del 13 de marzo de 1989. Puede ser otorgada con carácter póstumo. 

En total 66 personalidades han recibido la medalla, entre ellos, Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, Augusto Roa Bastos, Daniel Viglietti, Margaret Randall, Chico Buarque, Roberto Matta, Alicia Alonso, Oswaldo Guayasamín y Silvio Rodríguez.